Receta de salsa de queso de cabra

Hablar de salsas es entrar en la esencia de la cocina.  Nada es igual sin su presencia, sean cuales sean sus ingredientes o sus formas de elaboración.

El queso es uno de los alimentos más antiguos de la humanidad.  En el neolítico el hombre primitivo empezó a disponer de leche, que para una mejor y más larga duración transformaba en queso.  En la civilización griega y especialmente la romana, los consumos de queso eran muy elevados.  Estos se consumían solos o más frecuentemente como condimentos de platos.  Tanto griegos como romanos utilizaban el queso para la elaboración de muchos platos y especialmente para la elaboración de salsas ( en ocasiones se empleaba para dar consistencia a las salsas ).   Una de las salsas más populares y difundidas de la civilización romana es el ” moretum “, transmitida por Virgilio y que se elabora a base de queso salado machacado en el mortero y mezclado con ruda, ajo,, perejil y coriandro, todo ello rociado con aceite y vinagre.   A partir de esta salsa salieron otras variantes utilizando diversas especias pero manteniendo siempre como ingrediente el queso.

Nuestro país cuenta con más de 100 clases de quesos ( 17 de ellos con Denominación de Origen ) y con ellos se realizan recetas de platos tanto salados como dulces. Como ejemplos podemos destacar las salsas y mojos canarios, los postres catalanes,  platos y repostería balear, etc…

En esta ocasión utilizo el queso de cabra para preparar una salsa que además de fácil y rápida de preparar, le da un sabor marcado e interesante para acompañar algunos platos en los que deseamos remarcar un toque especial.  Es cierto que el queso de leche de cabra tiene una imagen deteriorada, debido a que a la hora de manipular la leche para la elaboración del queso no se tiene cuidado en su manipulación, se produce una rotura de los glóbulos microscópicos de la grasa en suspensión, liberando su contenido, adquiriendo el queso un gusto desagradable y amargo de ” macho cabrío “.   Sin embargo, si la leche se trata con cuidado, esos mismos glóbulos de grasa, se rompen gradualmente y crean un delicioso y herbáceo sabor del queso.

Un buen queso de cabra sabe como si la leche hubiera absorbido la esencia  y el aroma del estragón, tomillo o la mejorana junto a una base de vino blanco seco.

Por lo dicho anteriormente, creo que la fama del queso de cabra es injusta y propongo que compréis un buen queso de cabra, para poneros manos al delantal y poneros en la elaboración de la receta de salsa de  queso.  

Elaboración salsa  queso de cabra

En un cazo o recipiente similar verter la nata líquida. Poner a cocer a fuego lento.

Cortar el rulo de queso de cabra en dados pequeños.

Añadir el queso troceado y derretir a fuego lento.

Remover de vez en cuando, con una cuchara de madera, para facilitar el derretido y evitar que se pegue en la base del cazo.

Salpimentar al gusto. Cuando consigamos la textura adecuada de salsa reservar y guardar en un recipiente  adecuado hasta el momento de su utilización.

Podemos añadir un poco de leche para diluir la textura o bien añadir más queso para espesar la salsa. Siempre cociendo unos minutos para fusionar el gusto.