Receta de sangría de vino

Hoy para mí es un día de casi doble  celebración.  En primer lugar, publico la entrada número 200 y en segundo lugar, hace casi un año que empecé, ¡ esta grata pasión mía !, de publicar entradas en el blog  de gastronomía Jugando con fogones. Por eso deseo compartir, con todos los que me siguen, este momento de grata satisfacción, y os invito a que realicéis y  probéis esta sangría de vino , que en  tantas y tantas ocasiones he preparado para mis allegados y  os puedo asegurar que les ha encantado, porque ¡¡¡  está deliciosa !!!.

La sangría de vino no necesita presentación, ni necesita la coletilla  ” de vino  ” porque  la sangría es una bebida  ¡ tan nuestra  ! que la Comunidad Europea  ha reconocido y tenido que otorgar la denominación de origen a España y así como nos vimos obligados a  optar por denominar cava en lugar de champán, brandy en lugar de coñac y otras denominaciones que no vienen a cuento; para hablar de la sangría no necesitamos permisos comunitarios sino, todo lo contrario, serán los demás países, los que tendrán que cambiar sus denominaciones cuando quieran realizar  sangría  ¡ esta bebida,  tan española !.

Hace años recorriendo tierras francesas ( tan admiradas por mi compañera y por mí ) junto a una pareja amiga y acompañados de los hijos, cuando nos sentábamos a la mesa para disfrutar de esa reconocida gastronomía francesa. Creíamos que nos iban a fulminar con las miradas cuando a la hora de pedir la bebida les solicitábamos gaseosa para acompañar al vino. En varias ocasiones nos salieron con aquello de  ” ¡ Aquí tenemos buenos vinos, no necesitamos aguarlos !  ( en francés por supuesto )  ”  otros no nos retiraban el saludo, porque teníamos que pagarles, pero os aseguro que era una situación bastante violenta. Y es que no dudo, que nos faltara cultura gastronómica y aún más, bastante formación enológica. ¡ Pero,  caramba ! en España estábamos acostumbrados a beber el vino con esa bebida refrescante gasificada. Ahora que nadie duda de nuestros ”  buenos caldos ” con D.O reconocidas y apreciadas por todo el globo terráqueo os aseguro que aún existe gente que por poner un ejemplo, se toma un buen Ribera del Duero o un buen Priorato con gaseosa. ¡ Al fin y al cabo, gozamos de estar inmersos en una democracia y que las modas cambian con rapidez. Hasta hace poco los vinos blancos para los pescados, los tintos para las carnes y de los rosados más valía ni hablar, ahora los blancos con lo que te de la gana y los tintos como si los quieres  tomar para desayunar.

Debido a tanto enredo, he preferido presentaros la sangría, una bebida polifacética dónde las haya y que os puede servir como acompañamiento para comer todo lo que os apetezca y que además, os puede servir para continuar bebiéndola en la sobremesa.

Por último deseo que ¡  os queráis mucho ! porque si os queréis mucho, seguro, seguro que no entraréis en vuestras bocas alimentos o bebidas que no sean buenas, o bien  que os puedan hacer daño y no os sienten bien. Por eso os aconsejo que utilicéis un buen vino y unos buenos licores. Los resultados, sin duda lo notarán vuestros cuerpos y vuestros paladares.

Elaboración de sangría de vino

Lavar bien el limón y la naranja.

Cortar 2  rodajas de naranja y 2 de limón.

Cortar cada rodaja de limón

y de naranja a cuartos. Reservar

En una jarra  de litro introducir 8 cuartos de naranja y 8 cuartos de limón. Se pueden incorporar otros trozos de fruta como melocotón, pera, piña, etc.

Incorporar el azúcar ( la cantidad dependerá de la dulzura que deseemos conseguir ).

Remover, con una cuchara o una pala de madera, para mezclar los cítricos con el azúcar.

Verter el Vodka y el Cointreau ( se pueden utilizar otros licores como Ginebra, Brandy,  Licor 43, etc… ).

Mezclar bien con el resto de ingredientes.

Incorporar la limonada gasificada muy fría (  o bien emplear gaseosa )

y seguidamente el vino ( preferentemente tinto ) también muy frío. Remover y mezclar bien todos los ingredientes.

Añadir 3-5 cubitos de hielo.

Presentación de la sangría

Decorar la jarra con una rodaja de limón y otra de naranja.

Presentar la sangría en la mesa en una jarra de barro ( preferentemente por reservar más el frío ) o en una jarra de vidrio. Incorporar una paleta o cuchara grande de madera.